Este momento del libro es sorprendente porque el personaje por sí mismo siente que debe tomar el destino por sus manos y él mismo recapacita en lo que está haciendo:
"Digámoslo claramente; no era él el que había robado; no era el hombre, era la bestia que por hábito y por instinto había puesto estúpidamente el pie sobre aquella moneda, mientras que la inteligencia luchaba en medio de tantas mortificaciones nuevas y desconocidas. Cuando la inteligencia despertó y vio esta acción del bruto, Juan Valjean retrocedió con angustia, y dio un grito de espanto." p. 115
Fuente Cita:
Los Miserables
Circulo de Lectores
Barcelona,1982
Pintura:
Avenue of Poplars at Sunset - Vincent Van Gogh
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